jueves, 12 de julio de 2012

perros ancianos


Con el paso del tiempo, el ser humano envejece. Aunque su espíritu se mantenga joven, al llegar a determinada etapa de la vida ya no se tiene la misma energía, el cuerpo comienza a debilitarse y los problemas de salud se vuelven constantes. Con los perros sucede lo mismo: es, simplemente, consecuencia de haber vivido.
La única diferencia entre el hombre y los canes es que estos últimos llegan a la adultez/vejez a una edad que, desde la perspectiva humana, corresponde a la niñez y adolescencia. Por eso, un perro es anciano a los doce o catorce años mientras que una persona recién se considera parte de la tercera edad tras pasar la barrera de los 65 años.
Más allá de las comparaciones y los análisis que se puedan hacer sobre la vejez humana y la vejez canina, nunca está demás recordar y defender la idea de que ninguna criatura, cualquiera sea la especie a la que pertenezca, merece ser despreciada y/o abandonada sólo por tener una edad avanzada.
Si bien un perro anciano no es demasiado activo porque ha perdido fuerzas y ya no posee el espíritu incansable que lo caracterizó cuando eracachorro, no merece ser echado del hogar que alguna vez supo cobijarlo. Amar a una mascota no es sólo jugar y divertirse con ella: también es acompañarla, asistirla y respetarla durante toda su existencia.
Lamentablemente, muchos dueños abandonan a sus perros cuando ellos ya transitan los últimos años de vida porque consideran que les traen muchos problemas y, según dicen a modo de excusa, no tienen el tiempo, el dinero ni la disponibilidad para hacerse cargo de ellos. Nadie dice que es fácil convivir y atender a un perro anciano, pero ello no es motivo para desentenderse del animal que fue nuestro compañero por tantos años.
A ninguno de nosotros nos gustaría ser abandonados al llegar a viejos: ¿por qué, entonces, hacerles pasar esa desagradable experiencia a las mascotas? Que un perro parta de este mundo porque ya ha cumplido su ciclo es algo muy doloroso que ningún amo desea vivir, pero si se ama al animal no hay mejor cosa que se puede hacer que acompañarlo hasta su último segundo de vida. Él, por su naturaleza fiel, haría lo mismo por nosotros.
Si tienen en su hogar un perro anciano jamás evalúen la idea de abandonarlo o “encontrarle otro lugar donde puedan hacerse cargo de él”. Quizás él ya no esté vivaz como en otros tiempos, pero su amor hacia su familia no envejeció ni desapareció y no entendería por qué se lo ha dejado solo. Asimismo, si tienen mucho amor para dar y creen que a los viejitos hay que honrarlos, no descarten la posibilidad de adoptar un ejemplar canino anciano para llenarlo de felicidad durante el tiempo que le quede por vivir.

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